Nazis en las sombras

von: Julio B. Mutti

Nowtilus - Tombooktu, 2015

ISBN: 9788499677156 , 336 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: Wasserzeichen

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Preis: 8,99 EUR

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Nazis en las sombras


 

Introducción


Los nazis y la Argentina. Los nazis en la Argentina. Fuga de criminales de guerra, oro robado a judíos o Estados ocupados, relaciones con gobernantes, científicos, submarinos, etc. Diferentes capítulos de una historia que se ha contado por partes, fragmentada, incompleta. Muchas veces transitando sobre la fina línea que divide la realidad de la fantasía; esquiva, borrosa, una frontera muchas veces invisible o demasiado tenue.

Resulta indudable que no se ha narrado aún la totalidad de la trepidante historia escrita por los nazis en Argentina; menos todavía se ha documentado completamente su crónica sudamericana. Uno de aquellos escabrosos capítulos parece ser eludido sosegadamente, una y otra vez, por los historiadores. Apenas algunas luces en la oscuridad, destellos en la penumbra, han sido la excepción a la regla. El espionaje nazi en la Argentina, durante la Segunda Guerra Mundial, parece haber sido un asunto demasiado complejo de abordar desde el comienzo.

Hasta la década de los noventa apenas se podía recurrir a los viejos interrogatorios realizados por potencias extranjeras. Especialmente, la inteligencia de los Estados Unidos sometió a largas sesiones a los espías alemanes expulsados de Argentina entre 1944 y 1947. Un material muy importante, pero atestado de puntos oscuros, lagunas difíciles de llenar y agentes extraviados. El profesor Ronald Newton, Leslie Rout y John Bretzel incluyeron gran parte de la información desclasificada por los archivos norteamericanos en diferentes trabajos de enorme importancia, publicados hace ya casi treinta años. Perseguían objetivos diferentes a los de la presente investigación. No buscaban desentrañar la enrevesada historia del espionaje alemán en Argentina, sino que estudiaron seriamente, entre otras cuestiones, la amenaza nazi-fascista en el mismo país o la historia de los servicios secretos, pero en toda América Latina. Tocaron parcialmente a las organizaciones de espionaje nazis en el país sudamericano, pero dentro del marco de otras importantes investigaciones. Apenas algunas páginas sobre el intrincado asunto en Argentina.

Acaso se tornaba imposible narrar la historia completa del espionaje nazi en las Pampas Húmedas sin contar con las declaraciones del magistral Siegfried Becker, el espía alemán más sagaz, entrenado e importante que actuó en Occidente. Los norteamericanos jamás pudieron ponerle sus manos encima y es por ello que su testimonio, clave para el presente trabajo, no puede contarse entre las numerosas compilaciones de declaraciones existentes en el país del norte.

En la década de los noventa la historia pudo haber dado un giro importante. El periodista y escritor nacido en Washington, pero de ascendencia argentina, Uki Goñi, hizo un hallazgo de enorme importancia para la historia del espionaje alemán en Argentina durante la Segunda Guerra Mundial. En una vieja estantería del Archivo General del Poder Judicial de la Nación sudamericana, el joven escritor halló varias carpetas olvidadas desde finales de la década de los cuarenta. Segundo Sumario de Espionaje Alemán podía leerse en grandes letras sobre las amarillentas, ajadas y desgastadas carátulas.

Años después, antes del final de esa década, mientras la CEANA (Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina) ignoraba una vez más el asunto del espionaje nazi en Argentina, Goñi publicó Perón y los alemanes. Una investigación magistral sobre las verdaderas relaciones que existieron entre el expresidente y los germanos, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. El puntapié inicial para la presente investigación. La utilización del Segundo Sumario de Espionaje Alemán permitió a Goñi entregar algunos detalles inéditos sobre la estructura y las relaciones de las redes de espionaje dependientes del Tercer Reich, sin embargo, siempre circunscripto al objetivo perseguido por su pesquisa: las relaciones de los alemanes con Perón.

La historia de cómo este extenso dosier, la base del presente trabajo, escapó a la purga desatada después de la asunción de la presidencia por parte de Juan Perón en el año 1946, es de por sí un asunto revelador. Si bien los intersticios políticos e intrigas en el seno del poder de turno resultaron ineludibles de abordar, los nueve cuerpos del enorme archivo hallado por el investigador estadounidense no sólo eran capaces de revelar las relaciones de aquellos intrépidos espías con los gobernantes argentinos. También atesoraban secretos, detalles, direcciones, nombres, fotografías, desembarcos, poder, dinero, corrupción, pruebas irrefutables y la historia completa del espionaje nazi en Argentina. Una enorme cantidad de información que tomó más de dos años en ser procesada por el autor de la presente obra. Todo lo que no pudo ser revelado por las declaraciones existentes en los Estados Unidos se hallaba aquí mismo, sobre un viejo estante, en un polvoriento sótano de la capital Argentina.

Relatos de primera mano aportados por nonagenarios protagonistas terminaron de ensamblar una historia tan apasionante y llena de suspenso, como otras veces triste y olvidada.

«Los nazis no tenían nada que espiar en Argentina», suele escucharse de quien repara en la falta de información y trabajos relacionados a este esquivo asunto. Nada más alejado de la realidad. Pero ¿qué debían espiar los nazis y hasta dónde llegaron con sus actividades? ¿Cuáles eran realmente sus objetivos y los recursos para cumplirlos? ¿Cuántos agentes operaban en el país? ¿Pueden ser nombrados uno a uno? Preguntas que serán respondidas, de manera contundente y documentada, durante el transcurso de las siguientes páginas.

El capítulo que abre la presente obra es el único que no presenta como tema central al espionaje germano. Es una mirada retrospectiva sobre la importancia estratégica que Argentina pudo tener para los alemanes desde tiempos muy remotos. El lector podrá retrotraerse a los años anteriores al surgimiento del nazismo en Alemania hasta llegar, finalmente, al germen depositado en Buenos Aires por aquellos entusiastas marinos hamburgueses. Aquellos mismos navegantes que trajeron al Río de la Plata las ideas y doctrinas hitleristas. Un germen que prosperó, es cierto, pero siempre circunscrito a la comunidad germana como el gran objetivo por conquistar. Una afirmación que hoy en día cuesta aceptar en Argentina, lugar donde se suelen escuchar insistentes leyendas sobre un enorme poderío del partido nazi... Poderío que en realidad nunca se alcanzó más allá de la sociedad germano-criolla radicada en la nación sudamericana.

El lector podrá comprobar que los grupos de espionaje alemanes en Argentina, durante la Segunda Guerra Mundial, transitaron por dos etapas muy diferentes. Durante los primeros años, hasta 1942, el liderazgo fue ejercido por el agregado militar de la Embajada alemana, Dietrich Niebuhr. Por lo tanto, existió una clara supremacía del Abwehr (inteligencia militar del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas alemanas) sobre otras organizaciones de espionaje germano que operaban fuera del Reich. Aquel primer período, signado por la falta de verdaderos agentes profesionales, fue el menos efectivo desde el punto de vista de la recolección y el envío de información hacia Alemania. Los principales éxitos en aquellos tempraneros años estuvieron determinados por la Speeaktion, la fuga de oficiales internados pertenecientes a la tripulación del acorazado Graf Spee y por el montaje de un sistema de contrabando eficiente de personas y materiales de gran valor, mediante la utilización de vapores españoles.

Llegado este punto, el autor develará una cadena de contactos que llevaron al agente austríaco Eugenio Langer, uno de los grandes organizadores del mencionado contrabando, hasta los pasillos de la Casa Rosada. Un hecho revelador, el cual nos muestra la realidad sobre las relaciones germano-argentinas en tiempo de la guerra europea. Resulta sumamente trascendente y novedoso el hecho de poder ubicar agentes secretos alemanes «acordando» con un Gobierno argentino de origen democrático y muy anterior a la aparición de Juan Perón en la gran escena. Comúnmente, la creencia popular indica que los nazis se instalaron cómodamente en Argentina bajo el ala protectora del mencionado expresidente. Sin embargo, se demostrará fehacientemente, a la luz de nuevos documentos revelados, que los agentes germanos llegaron mucho antes al despacho presidencial.

La segunda etapa en la crónica de los grupos de espionaje, desde mediados de 1942 hasta el final de la guerra, fue el período de mayor eficiencia, y sobre todo profesionalismo, para los espías nazis en Argentina. Ese año se produjo un hecho trascendente: el epicentro de la inteligencia alemana debió cambiar forzosamente de capital debido a la entrada de Brasil en la guerra. Las redes secretas con base en Río de Janeiro fueron desbaratadas y pocos agentes pudieron escapar con rumbo hacia el sur.

Dos profesionales brillantes llegaron a Buenos Aires para liderar la segunda etapa. Uno de ellos era Wolf Franczok, brillante ingeniero de las SS, a cargo de la creación de la red de radiotelegrafía clandestina más importante fuera de Alemania al servicio del espionaje del Tercer Reich. Su tarea era meramente técnica: tenía la responsabilidad de enviar, a través de sus estaciones, los mensajes cifrados que los grupos de recolección le entregaban.

Johannes Siegfried Becker, «Sargo», capitán de las SS, retornó a Argentina también por aquella época. Había actuado en Brasil y luego de un efímero retorno a Alemania se...