Exploraciones secretas en África

von: Fernando Ballano Gonzalo

Nowtilus - Tombooktu, 2013

ISBN: 9788499674810 , 304 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: Wasserzeichen

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Preis: 8,99 EUR

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Exploraciones secretas en África


 

Breve historia de la cartografía


La cartografía suele ser a la vez instrumento y fin de los exploradores, por lo que considero conveniente realizar una breve introducción a sus técnicas e historia. Si usted ya ha leído la que se ofrecía en el libro de Exploraciones secretas en Asia ya no es necesario volver a hacerlo.

Lo que se descubre hay que plasmarlo en un mapa para que lo puedan leer otros. Antes de que existieran la fotografía aérea, los satélites y Google Earth, había que recorrer los lugares y cartografiarlos, dibujarlos o medirlos de algún modo.

Buschnik comenta sobre los orígenes de la cartografía que:

[…] la geografía puede considerarse como una astronomía que del cielo hubiera descendido a la Tierra. Ya entre la casta sacerdotal de Babilonia, tres mil años antes de Jesucristo, solían cultivarse estas dos ramas del saber simultánea y unitariamente. La comprobación del Zodiaco, la vasta faja estelar por la que en el decurso aparente de un año va discurriendo el sol, cubriendo constelación tras constelación y ocultándose a nuestros ojos; la división del año en meses y semanas lunares; la determinación de la altura meridiana; la división de las líneas o círculos, incluso del máximo o ecuatorial; la del día en veinticuatro horas y la fijación de la noche son otras tantas proezas científicas de imposible realización de no haberlas precedido observaciones de una exactitud escrupulosa y fundamentales cálculos matemáticos impecables. La irradiación de estas ciencias desde Mesopotamia alcanzó con mayor intensidad a Egipto primero y luego a Grecia por conducto de los sabios de aquel país.

Entre ellos destacó Aristóteles, que fue el primero en medir la inclinación de la Tierra, lo que permitió después deducir su esfericidad. Hiparco estableció cálculos matemáticos para transformar la superficie esférica en un plano, lo que denominó proyección cartográfica.

Se dice que los egipcios bajaron por la costa del océano Índico hasta el actual Mozambique. Otros opinan que más bien, en el año 600 a. C., un faraón encargó a unos marinos fenicios que bajaran por la costa africana partiendo del mar Rojo (Suez) para ver qué había. Sin alejarse demasiado de tierra circunvalaron todo el continente africano y llegaron a Alejandría. Sobre este pueblo marinero también se afirma que Hanón y su flota de sesenta barcos, con cincuenta remeros cada uno, llegaron a la actual Sierra Leona.

Para los griegos, el centro del mundo era Delfos y los mapas así lo expresaban. Herodoto, en torno al año 450 a. C., escribió varios libros de historia y geografía. Había sido un gran viajero que recorrió zonas de Asia, África y Europa llegando al Danubio, al Dniéper, al Nilo, al Indo y al estrecho de Gibraltar, donde se decía que estaban las columnas de Hércules. Alejandro Magno llegó con su ejército hasta el río Indo entre el 334 y el 325 antes de Cristo.

En el año 330 a. C., Piteas, un marino griego, partió de Marsella, cruzó el estrecho de Gibraltar, vigilado por los fenicios, rodeó la península ibérica, costeó Francia y llegó a Mont Saint Michelle, donde pensaba comprar bronce. Animado por su afán descubridor visitó las islas británicas, las Shetland, el norte de Gran Bretaña y costeando Noruega llegó hasta más allá del círculo polar. Comerció con estaño de Cornualles y ámbar. Encontró icebergs flotando en el agua. Era un buen astrónomo. Estudió las mareas y su relación con la luna. Regresó, se enriqueció con el cobre transportado y escribió un libro contando su aventura. Muchos no le creyeron pero, posteriormente, se probó su veracidad. Todas las copias de su libro se perdieron, la última en el incendio de la biblioteca de Alejandría, y sólo se conoce su relato a través de las citas de los que le criticaron o alabaron, estos últimos los menos.

En el año 192 a. C. se cambió la concepción de la Tierra plana por curva, ya existía el concepto de escala y se utilizaban algunos instrumentos de medida y dibujo. En el siglo II d. C., Ptolomeo pensó en un mundo esférico –pero en reposo–, trazó meridianos y paralelos y publicó un método para determinar coordenadas con ellos.

Roma llevó agrimensores y geógrafos con sus ejércitos y creó una red de comunicaciones. Incluso se envió una expedición por el Nilo para buscar sus fuentes, pero no se llegó a ellas. Los romanos compilaban itineraria o listas de lugares poblados con las distancias que los separaban para facilitar los viajes posteriores. Después del Imperio romano la geografía se degradó y pasó de la observación a las conjeturas. Así, según Buschnick, en el siglo VI d. C., el historiador Procopio describía así Gran Bretaña:

Britania está dividida en dos por una muralla [la de Augusto], que separa la mitad oriental de la occidental. En la mitad de naciente todo es normal, mientras que en el lado de poniente abundan tanto las víboras, las serpientes y los animales venenosos y el aire es tan pestilente, que el hombre que traspone la muralla desde oriente cae muerto en el acto al otro lado. Pero es más, porque también las almas de los muertos van a parar al lado de poniente, en donde se presentan por las noches llamando a las puertas de los campesinos y pescadores, arrancándoles de su sueño para que las pasen en sus barcas.

Durante siglos no hubo avances hasta el descubrimiento de la brújula y la elaboración de los primeros portulanos: cartas náuticas donde se especificaban los puertos de cada costa y poca información más.

En la Edad Media se inventó el cuadrante para medir los ángulos con respecto al sol y a la estrella polar; y la brújula –China en el siglo VIII–. Con ellas se podía determinar dónde estaba situado un punto, su latitud y longitud. Posteriormente se inventó el sextante, que permitía mayor exactitud para calcular la posición.

En el siglo IX los árabes contaban con unos servicios postales que tardaron en repetirse. Por la costa oriental de África bajaron hasta Mozambique. Aunque no se internaron en el interior del continente, en el siglo XI ya hablaban de las lagunas donde nacía el Nilo. También inventaron el álgebra. Necesitaban desarrollar la orientación para que la qibla en cada mezquita estuviera orientada hacia La Meca y los relojes de sol para el momento de las oraciones. Los viajes de Ibn Battuta, en el siglo XIV, se extendieron de España a China y del sur de Rusia al Níger.

En el siglo XIII, el papa en 1245, y Luis IX, rey de Francia, en 1252, enviaron embajadas al Gran Kan de los mongoles. También se exploró China. Marco Polo, a los diecisiete años de edad, y sus tíos Nicolo y Mateo salieron de Siria en 1271 y llegaron a China y Mongolia, donde Marco se quedó durante tres años al servicio del emperador y recorrió todo el imperio. Regresó por barco, recorriendo las actuales Java y Sumatra. Llegó a Ormuz, Azerbaiyán y el mar Negro. Allí, en Trebisonda (actual Trabzon), se embarcó en una nave con destino a Italia tras veinticuatro años de ausencia. En 1298 cayó prisionero de los genoveses y aprovechó para escribir sus memorias e informar sobre esos territorios.

Los portulanos eran cartas náuticas donde se especificaban los puertos de cada costa y alguna información más. Portulano de 1541 de Maggiolo.

Durante mucho tiempo nadie se atrevió a bajar por las costas africanas. Los castellanos llegaron a Canarias pero no osaron continuar. Después fueron los portugueses los que descendieron hasta Cabo Bojador, en el actual Sahara. Allí el cabo formaba lenguas de arena que hacían embarrancar a los barcos que en aquella época navegaban costeando. Se consideró que no se podía continuar al sur hasta que se atrevieron a separarse de la costa. En 1447 los lusos llegaron a Sierra Leona, donde se dice que había llegado Hanón en el 400 a. C. La exploración se hizo mediante contrata con el rey luso. Fernão Gomes tenía el monopolio comercial en Guinea a cambio de explorar hacia el sur cien leguas (557,2 km) cada año.

En 1481 el rey Juan II impulsó la exploración y plantaba cruceiros de vez en cuando en las costas. Se creó la escuela de Sagres para enseñar náutica. Los pilotos sabían cosmografía y para situarse utilizaban la llamada vara de Jacob y el astrolabio. En 1483 llegaron al río Congo. En 1488 Bartolomé Días dobló el cabo de las Tormentas o de Buena Esperanza. Vasco da Gama partió el 8 de julio de 1497 con cuatro barcos y marineros escogidos o castigados –además de los degradados–. El 8 de noviembre estaba cerca ya del cabo de las Tormentas. Necesitaron cuatro días para doblarlo, lográndolo el 20 de noviembre.

El astrolabio permite establecer la posición de las estrellas en la bóveda celeste, observar sus movimientos y poder determinar la hora conociendo la latitud, y viceversa.

Tampoco se conocía el origen, ni buena parte del curso, ni la desembocadura del río Níger. Se barajaban las más variadas hipótesis y a veces se le confundía con el Nilo. Ibn Battuta había logrado recorrerlo en parte porque era musulmán. Durante los siglos XV y XVI los mapas eran considerados como secretos de gran valor y se custodiaban celosamente.

Tras el descubrimiento de América, Américo Vespucio fue un cartógrafo que dio nombre a América porque en un mapa que elaboró el editor llamó al...