El mito de la revolución masónica - La verdad sobre los masones y la Revolución Francesa, los iluminados y el nacimiento de la masonería moderna.

von: Eduardo R. Callaey Aranzibia

Nowtilus - Tombooktu, 2010

ISBN: 9788497633727 , 304 Seiten

Format: ePUB

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Preis: 8,99 EUR

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El mito de la revolución masónica - La verdad sobre los masones y la Revolución Francesa, los iluminados y el nacimiento de la masonería moderna.


 

INTRODUCCIÓN


JANO, EL DIOS DE LAS DOS CARAS


«Nuestra logia está viva no por nuestra presencia
sino por la presencia de la unidad en su centro…»
Siete Maestros Masones

 

1.- LA UNIVERSALIDAD MASÓNICA


En un mundo signado por los avances tecnológicos, donde el denominado «progreso» invade los espacios más íntimos de la vida, y el tiempo se acelera al ritmo de las comunicaciones, resulta paradójica la existencia de una organización que aparenta desafiar los siglos y los cambios políticos y sociales. Como una inmensa roca en un mar de tormentas, la francmasonería parece no depender de los avatares de la historia sino ser uno de los factores que la construye.

La francmasonería emerge ante los ojos del historiador apenas se rasga la superficie de los hechos. Bajo el polvo acumulado por los siglos, subyace una historia paralela que atraviesa tiempos y naciones, hombres e instituciones, conformando una red tan heterogénea que evade —con éxito— cualquier intento de clasificación. Algunos autores llegan a afirmar que la francmasonería es a los estados seculares lo que la hiedra al antiguo muro: no podría arrancársela sin dañarlo profundamente.

Esta característica es la que ha dado nombre a la serie que contiene este volumen: El factor masónico. La historia paralela. Un factor que ha influido tan profundamente en la construcción de la sociedad moderna que muchos acontecimientos permanecerían inexplicables si no se asocian con la acción de los masones.

Por cierto que la singularidad enunciada no conforma ninguna novedad. Numerosos investigadores, amigos y enemigos, de la Orden, han percibido su capacidad de penetrar en los pliegues más recónditos de la sociedad y dejar allí su huella. Pero más sugestivo aún: han observado su habilidad para atraer a hombres tan distintos y de tan variados campos que resulta inexplicable el hecho de que una sociedad con principios supuestamente tan definidos, sea capaz de contener tanta disparidad. ¿Cuál es el secreto en torno al que se han reunido figuras tan distantes y diferentes entre sí? Sin dudas existe una praxis masónica que hace posible esta convergencia y que permite un vínculo superador de las diferencias coyunturales que marcan la acción de los hombres.

Pero la universalidad masónica tiene algunos límites que vale la pena aclarar desde un principio.

La mayoría de los libros de divulgación masónica ensayan una fórmula que atrapa al lector, lo engaña y lo confunde: «La francmasonería es una sociedad de carácter universal cuyos principios éticos y su sistema simbólico son capaces de unir a la humanidad en torno a valores que son comunes a todo el género humano». No hace falta un gran esfuerzo para comprender lo relativo de esta afirmación. La francmasonería no es hoy —y no lo es desde hace siglos— una unidad de principios ni una unidad de acción. Tampoco es un modelo de universalización, puesto que responde a una cultura y una civilización anclada en Occidente y en la tradición judeocristiana. Su influencia se percibe claramente en los estados liberales, en las naciones democráticas y en todas las sociedades que garantizan la libertad de pensamiento. En cambio, ha sido perseguida en los países gobernados por regímenes totalitarios y en las sociedades teocráticas. No es tolerada por el fundamentalismo islámico y solo pudo renacer en los países del Este luego de la caída del Muro de Berlín.

La francmasonería es hoy un conjunto de instituciones de peso en todo el mundo, pero seriamente atomizada en Ritos y en corrientes diversas, sumergida en profundas diferencias que exceden ampliamente aquello que podríamos imaginar como matices. Siendo estas diferencias de naturaleza tan notoria, la comprensión del factor masónico, tras la trama de la historia, necesita un marco previo que explique los orígenes de las mismas, pues parecen surgir con el nacimiento de la masonería moderna y pavimentan su propia evolución en los últimos trescientos años. Este segundo volumen de nuestra serie aborda particularmente esta cuestión, partiendo de la premisa de que sin una acabada descripción de estas contradicciones el fenómeno masónico es inabordable.

2.- LA ORDEN INTERIOR


De todos los símbolos que conforman el lenguaje masónico hay uno poco conocido por los «profanos»1. Se trata de Jano Bifronte; una figura mítica que tiene dos rostros. Su origen se remonta al mundo clásico y tiene un profundo sentido cósmico; recuerda los dos aspectos del sol, ubicados en los solsticios de verano y de invierno, que marcan, astronómicamente, los puntos opuestos de la elipse solar.

El esoterismo cristiano los ha asimilado a los de San Juan del Nuevo Testamento: San Juan Bautista que anuncia al que viene en nombre del Señor, y San Juan Evangelista que anuncia el fin de los Tiempos en el Apocalipsis. La francmasonería conserva entre sus ritos más tradicionales la celebración de las fiestas solsticiales.

Pese a ser un símbolo masónico no tan difundido como la escuadra y el compás, la figura de Jano Bifronte define, como ningún otro, la naturaleza misma de la Orden: Explica el misterio de su dualismo y la naturaleza bipolar de muchos de sus símbolos. Puede interpretarse que una cara mira al exterior, al mundo «profano», mientras que la otra mira al interior, al lugar donde el hombre juega su batalla más difícil: la que mantiene consigo mismo. Este significado lo acerca al simbolismo de la mitológica hacha de doble hoja —el laber2 con la que el dios Ares-Dionisio cavaba una espiral en el Universo con un filo, mientras que con el otro ahondaba sobre sí mismo, abriéndose camino hacia su propio interior.

Jano Bifronte

Pese a ser un símbolo masónico no tan difundido como la escuadra y el compás, la figura de Jano Bifronte define, como ningún otro, la naturaleza misma de la Orden: Explica el misterio de su dualismo y la naturaleza bipolar de muchos de sus símbolos. Puede interpretarse que una cara mira al exterior, al mundo profano, mientras que la otra mira al interior, al lugar donde el hombre juega su batalla más difícil: La que mantiene consigo mismo. Del mismo modo, la historia de la francmasonería puede abordarse desde dos aspectos principales: El de su acción en el mundo profano y el de su historia interior.

El Laberinto, escenario de la lucha interior

El simbolismo de Jano Bifronte puede asociarse al de la mitológica hacha de doble hoja llamada laber con la que el dios Ares-Dionisio cavaba una espiral en el Universo con un filo, mientras que con el otro ahondaba sobre sí mismo, abriéndose camino hacia su propio interior. La misma imagen simbólica se nos presenta en la batalla entre Teseo y el Minotauro que tiene lugar en el centro del laberinto. (Combate de Teseo y el Minotauro. Pintura italiana del s. XV, Museo del Louvre).

Del mismo modo, la historia de la francmasonería puede abordarse desde dos aspectos principales: El de su acción en el «mundo profano» y el de su historia «interior». Si no se conocen ambos campos puede que se presente con grandes contradicciones que dificulten su comprensión.

Todas las historias de la francmasonería escritas hasta hoy han sido inevitablemente incompletas o parciales. Algunos autores han compilado prolijamente la sucesión cronológica de Logias, Grandes Logias, Obediencias y Ritos. Otros las han organizado tomando como base su acción en los distintos países y regiones. Sin embargo, la mayoría de las Historias Generales son parciales. Pues no existirá una historia general de la francmasonería en tanto las Grandes Logias no den a conocer sus documentos. El trabajo en los archivos masónicos puede deparar sorpresas inimaginables, puesto que las logias —pese a su natural secreto— siempre han sido estrictas con sus actas y, en muchas ocasiones, la historia se ha escrito en el seno de las logias. El problema que surge al confrontar los archivos es que, en algunos casos, no se encuentra aquello que se esperaba. De modo que una masonería progresista y hasta agnóstica puede encontrarse con la sorpresa de actas encabezadas a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y la Santísima Trinidad; o con la existencia de logias operativas cuya acción descifra acontecimientos políticos de naturaleza inexplicable.

¿Cómo pretender, entonces, que el público no masónico —y aun quien recién ingresa a la Orden— comprenda estas contradicciones?

El individuo que se acerca a la francmasonería se encuentra con masonerías varias, Ritos diversos y doctrinas sustancialmente diferentes que...