Héroes de Grecia y Roma en la pantalla

von: Fernando Lillo Redonet

Ediciones Evohé, 2015

ISBN: 9788493913441 , 260 Seiten

Format: ePUB

Kopierschutz: frei

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Preis: 3,49 EUR

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Héroes de Grecia y Roma en la pantalla


 

AQUILES Y HÉCTOR

El héroe arcaico y el héroe moderno

Aquiles es el héroe griego por antonomasia; hijo de la diosa marina Tetis y del héroe Peleo, acude desde Ptía a Troya con sus mirmidones para alcanzar la gloria en el combate. La Ilíada está centrada precisamente en su cólera porque Agamenón le ha privado de Briseida, la doncella que le correspondía como botín de guerra. Al retirarse del combate los troyanos toman ventaja y sólo vuelve a él para vengar la muerte de su amigo Patroclo, muerto a manos de Héctor que lo confunde con Aquiles al haberse este vestido con sus armas. Cuando Aquiles mata a Héctor, el destino de Troya, ligado indefectiblemente al del troyano, está cumplido y así termina la obra de Homero. Otras leyendas vendrán a completar su historia: la de su famoso punto débil situado en el talón, la de que no quiso ir a la guerra de Troya y se disfrazó de mujer en la isla de Esciros, la de su amor por la amazona Pentesilea o por la troyana Políxena. Pero el Aquiles homérico es un héroe de una pieza, un héroe que morirá joven a cambio de una vida de gloria imperecedera. Lo que más desea, de acuerdo con la ética homérica, es el reconocimiento presente y futuro de su fama adquirida por las acciones heroicas en combate. Es un hombre excesivo en su cólera, en su negativa a la reconciliación con Agamenón, en el dolor por la muerte de su amigo Patroclo, en su conducta implacable con los despojos de su enemigo Héctor. Pero es también capaz de humanizarse cuando devuelve el cuerpo de Héctor a su anciano padre Príamo compadeciéndose de él.

Por su parte, Héctor es hijo de Príamo y Hécuba, el más fuerte de los troyanos con un destino indisolublemente unido al de su ciudad. Es noble, cortés, hermoso y buen orador. Pero tiene cualidades que lo alejan de Aquiles y de otros héroes homéricos y prefiguran un nuevo tipo de héroe. No lucha sólo por la gloria en el combate, sino que se entrega por su patria y por su ciudad. Es un hombre de familia que ama a su esposa y a su hijo y tiene que renunciar a ellos por cumplir su deber con la comunidad. Un héroe más completo que Aquiles, más humano y cercano a las miserias del hombre, que comprende a su hermano Paris y a la bella Helena.

Aquiles y Héctor como secundarios

Aquiles hace su aparición en la gran pantalla como secundario en películas sobre la guerra de Troya en las que el protagonismo recae en Helena y Paris (Helena de Troya, 1956) o en Eneas (La guerra de Troya, 1961), papel de segundón que también es desempeñado en las versiones televisivas de Helena de Troya (2003) o La Odisea (1997). Sin embargo, también contamos con dos producciones en las que tiene un papel protagonista: La ira de Aquiles (1962) y Troya (2004).

Héctor es un personaje secundario en las dos versiones de Helena de Troya y tiene un brevísimo papel en La Odisea (1997). Sin embargo, compartirá protagonismo con Aquiles en La ira de Aquiles (1962) y Troya (2004).

La primera aparición de Aquiles en una película de grandes pretensiones es en Helena de Troya (1956). En esta cinta se nos presenta como un héroe colérico, uno de los tópicos extraídos de la famosa cólera de Aquiles, con reputación de hombre invulnerable, pero con un punto débil en sus talones.

Los jefes griegos están reunidos en Esparta en el palacio de Menelao con la intención de conquistar Troya movidos por las riquezas de la ciudad. Entre ellos está Ulises (Torin Thatcher) que dice a Agamenón y Menelao sobre Aquiles (Stanley Baker): «Os odia casi tanto como ama la guerra». También cuenta de él que para escapar a la tentación de reunirse con ellos se ocultó para estar más seguro entre mujeres y allí fue donde Ulises lo encontró cerrado a cualquier persuasión y vestido de mujer. Luego añade que logró convencerlo, pero no cuenta cómo. Esta anécdota hace referencia al hecho de que Aquiles se había vestido con ropas de mujer para no ir a la guerra y Ulises lo había encontrado disfrazándose de mercader y poniendo entre sus productos un escudo y una lanza que fueron los que llamaron la atención del femenino hijo de Tetis. Agamenón comenta jocoso: «Aquiles es una muchacha candorosa», a lo que su hermano añade: «Admiramos la belleza de su rostro y de su figura».

Después de estos antecedentes el héroe hace solemne entrada en la sala donde están todos reunidos. Es un hombre alto, de barba y pelo moreno corto, vestido como un hoplita griego. «Yo te alabo, Aquiles» dice Meneleao, a lo que el héroe responde: «Yo te desprecio, y a ti Agamenón, pero si tenemos que unirnos voy a dirigiros». Dice que él y su amigo Patroclo pueden hacer frente a todo un ejército, pero Áyax lo duda y ambos se enfrentan. Aquiles lo tacha de «imitador, asqueroso buscador de gloria». Áyax responde: «Para imitarte sería preciso que llevase tus armaduras, de ahí proviene tu gran reputación de hombre invulnerable». O sea que son las armas y no la leyenda de la laguna Estigia la que hace a Aquiles invulnerable, aunque esto no está claro puesto que a continuación, después de que Aquiles le diga: «Será mejor para ti que no me encolerice», Áyax hace referencia a los talones de Aquiles: «Es innegable que tu piel es tan tierna como tu vanidad. Ah, y en especial tus talones. No soportan siquiera el contacto del cuero».

Aparece también el enfrentamiento entre Agamenón y Aquiles cuando el primero le quita a una esclava apelando a su derecho de jefe provocando la ira de Aquiles y su decisión de no luchar junto a ellos jamás. El fiel Patroclo intenta convencerle: «Pero por Grecia sí lucharás», y, sin embargo, la respuesta de Aquiles es tajante: «Jamás». Pero el héroe volverá tras la muerte de Patroclo y se enfrentará en un duelo contra Héctor delante de las murallas de Troya venciéndole. En el mismo momento en que arrastra el cadáver del troyano, Paris desde las murallas le dispara flechas que rebotan en su cuerpo. Se dice que Aquiles está protegido por un escudo inmortal y Paris invoca al poderoso Zeus para que le ayude a encontrar un punto débil. Como es de suponer, una flecha en el talón acaba con la vida del hijo de Tetis.

También en La guerra de Troya (1961) hace su aparición como personaje secundario interpretado por Arturo Dominici. Este Aquiles conjuga la característica cólera atribuida al héroe con la nobleza de sus acciones. La acción de la película comienza cuando Aquiles está arrastrando el cadáver de Héctor tras haberle vencido en singular combate. «Los buitres hundirán sus voraces picos en la herida abierta por mi espada. Héctor, asesino de Patroclo, morirá dos veces. Esta es la venganza de Aquiles» son sus coléricas palabras. Príamo se encamina a rescatar el cuerpo de su hijo de manos de Aquiles y también va tras él Eneas (Steve Reeves) que es en realidad el protagonista de la cinta. Cuando Aquiles, fuera de sí por el dolor de la muerte de Patroclo, quiere matar a un prisionero con una lanza Eneas le detiene diciendo: «Aquiles no mata a quien no puede defenderse». El héroe griego no depone su cólera y grita: «Llévate a ese viejo antes de que lo mate», pero Príamo se arrodilla ante Aquiles y este se conmueve y le devuelve el cadáver. A continuación, y a instancias del torvo Ulises (John Drew Barrymore), Eneas lucha con Áyax en una competición por las armas de Héctor que el troyano desea devolver a Andrómaca, dejando claro que no es la ambición la que le impulsa a arriesgarse. Eneas resulta vencedor y Aquiles le dice con nobleza: «Ahora sé que tengo en Troya un adversario digno de mí», a lo que el troyano responde en tono pacifista: «Ahora sé que la nobleza del enemigo hace aún más odiosa cualquier guerra». La nobleza de Aquiles se muestra igualmente en que él no desea romper una tregua que han concertado griegos y troyanos: «No contéis conmigo, yo lucho por conquistar gloria, no deshonor». En la batalla los troyanos son derrotados y Aquiles decide batirse con Eneas a muerte a pesar de que Ulises propone huir y llevar a cabo su plan del caballo de Troya. Durante esta lucha con Eneas, el malvado Paris desde un escondite le dispara una flecha que da en el talón de Aquiles. No obstante, como no se ha hecho alusión a la invulnerabilidad del héroe la explicación que ofrece Paris es que la flecha está envenenada y, sin embargo, el que le dé en el talón no deja de ser un guiño al espectador.

En La Odisea (1997) la aparición de Aquiles es fugaz: se le presenta con largo cabello rubio y el torso desnudo. Mata de inmediato a Héctor arrojándole una lanza desde lejos y, lleno de cólera, arrastra su cuerpo con su carro en una espectacular escena junto a los acantilados. De forma rápida se dice que fue muerto, pero no por quién.

En la serie Helena de Troya (2003) Aquiles es presentado como un hombretón calvo con pinta de marine (Joe Montana). No teme a nada y sus afirmaciones corroboran lo tópico de su personaje: «Algunos prefieren disfrutar de una vida larga y tranquila. Yo prefiero que la mía sea corta si sé que voy a morir con el sabor de la gloria en los labios». También se le califica como una bestia brutal sedienta de sangre troyana. Su muerte sigue también sigue el tópico cuando Paris lo mata hiriéndolo en el talón.

Aquiles y Héctor como antagonistas

La ira de Aquiles (L’ira di Achille, Marino Girolami, 1962) da...