Breve historia de la medicina

von: Pedro Gargantilla Madera

Nowtilus - Tombooktu, 2011

ISBN: 9788499671512 , 304 Seiten

Format: ePUB

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Preis: 8,99 EUR

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Breve historia de la medicina


 

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La Edad Antigua: la enfermedad como castigo divino


CIVILIZACIÓN MESOPOTÁMICA: CUANDO LOS ENFERMOS IBAN A LA PLAZA


En una región comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, conocida como Mesopotamia y que se ubica en el actual Irak, tuvieron lugar hacia el séptimo y el sexto milenios antes de Cristo una serie de asentamientos neolíticos. Mesopotamia, que significa etimológicamente ‘región entre ríos’ (del griego mesos, ‘entre’, y potmós, ‘río’), es una región fértil que permitió el devenir de las primeras sociedades humanas organizadas que alcanzaron cierto grado de desarrollo, constituyendo las primeras ciudades-estado de las que tenemos noticia.

Esta región estuvo gobernada inicialmente por el pueblo sumerio (4000 a. C.), al que siguieron el acadio (2600-2400 a. C.) y otros pueblos semíticos, entre ellos los amorritas o babilonios, que fijaron su capital en Babilonia (1800 a. C.). El soberano más importante de este último período fue Hammurabi (1730-1686 a. C.), al que nos referiremos detalladamente más adelante. A su vez, los babilonios fueron invadidos y gobernados por los asirios, que convirtieron a Nínive en su centro cultural (siglos VI-V a. C.).

Tanto el río Tigris como el Éufrates nacen en Turquía y su cauce crece tras el deshielo de los montes de Armenia entre los meses de mayo y septiembre, inundando la llanura situada entre ellos. El río Tigris fue denominado por los sumerios como Idigna o Idigina, que significa ‘el río que fluye’, en alusión a la velocidad que tienen sus aguas, en contraposición con las del Éufrates, que avanzan más lentamente.

La riqueza natural de Mesopotamia siempre ha atraído a pueblos procedentes de las regiones vecinas más pobres, y su historia es la de las continuas migraciones e invasiones.

Escritura cuneiforme

En poco tiempo, en Mesopotamia tuvo lugar un rápido desarrollo científico que se tradujo en la aparición de un elevado número de inventos, tales como la rueda, la polea, la palanca, el arado, el arco, la carroza y el cálculo sexagesimal. También a los mesopotámicos debemos la división del año en 12 meses, la semana en siete días y la hora en sesenta minutos. Pero, sin lugar a dudas, el invento más trascendental se produjo hace unos cinco mil años, cuando los sumerios utilizaron por primera vez un sistema de escritura, que al principio tan sólo se usaba con fines administrativos, y cuyo soporte era la arcilla. El análisis de excavaciones realizadas en las ciudades de Ur y Uruk ha puesto de manifiesto que la primera escritura era pictográfica e ideográfica, y que los sumerios dibujaban preferentemente seres vivos y objetos.

Con el paso del tiempo la escritura evolucionó, desde el valor ideográfico se pasó al fonético y apareció la escritura cuneiforme, que se seguía realizando en tablillas de arcilla con la ayuda de un estilete. En las ciudades de Mari, Nínive y Babilonia se han encontrado miles de tablillas con este tipo de escritura. En ellas se escribieron, por ejemplo, el célebre Poema de la creación o Enuma Elish y el Poema de Gilgamesh.

Fue precisamente la escritura cuneiforme la que se empleó para escribir los documentos médicos más antiguos de que tenemos noticia, que datan del tercer milenio antes de Cristo, y que fueron encontrados por arqueólogos de la Universidad de Roma en la biblioteca del Palacio Real de Ebla (hoy Tell-Mardikh, en Siria) en el año 1974. Se encontraron más de quince mil tablillas cuneiformes, que estaban cuidadosamente almacenadas en estanterías de madera y apiladas de canto. En la actualidad se conservan unas ochocientas tablillas relacionadas directamente con cuestiones de índole médica. Gracias a su análisis hemos podido saber, por ejemplo, que en la cultura mesopotámica persistieron ideas prehistóricas en cuanto a la medicina y a la enfermedad se refiere. Por ejemplo, los antiguos mesopotámicos siguieron conservando la idea de que las enfermedades eran causadas por los dioses, pues esa era la forma con la que estos manifestaban su desagrado ante cualquier transgresión de un código moral. Como curiosidad cabe señalar que el parisino Museo de Louvre alberga una tablilla que debió pertenecer a Ur-Lugal-Edin, un cirujano mesopotámico, a juzgar por los dos cuchillos que aparecen representados junto a su nombre. En la tablilla además se puede apreciar la imagen de dos dioses y la siguiente inscripción: «Oh dios Edin-Mugi, ministro del dios Gir que asiste a las madres durante el parto, Ur-Lugal-Edin, el médico es tu servidor». Los expertos coinciden en afirmar que es probable que se trate de una tarjeta de visita, la más antigua de la que tenemos constancia.

Dioses y enfermedades

El hecho de que aparezcan nombres de dioses junto al nombre del cirujano no es casual ni anecdótico, ya que el ejercicio de la medicina mesopotámica se asentaba en tres pilares: teúrgico, astrológico y aritmético. Cuando un sumerio enfermaba se daba por hecho que bien el propio paciente o bien alguno de sus familiares había cometido un pecado y que la dolencia era la expresión del castigo divino. No deja de ser curioso que el vocablo que utilizaban para referirse a una enfermedad fuera shertu, que al mismo tiempo significaba pecado, castigo, impureza moral y cólera de los dioses. El enfermo era considerado una persona impura, hasta el punto de que las leyes sumerias prohibían a los enfermos participar en las ceremonias religiosas, en este sentido.

En todo momento nos estamos refiriendo a divinidades en plural, ya que el panteón sumerio era politeísta. Los sumerios adoraban a una tríada superior o cósmica (Anu, dios del cielo; Enlil, dios de la tierra; y Ea, dios de las aguas), una triada astral (Sin, dios de la luna; Shamash, dios del sol; Ishtar, diosa del amor, de la maternidad y de la fecundidad), dioses secundarios, genios buenos (Lamassu) y demonios (Utukku). En su concepción religiosa tenían divinidades que estaban directamente relacionadas con la salud y las enfermedades; así, por ejemplo, Ea además de ser el dios de las aguas, era también la divinidad relacionada con la purificación, con los oráculos y los exorcismos, por lo que puede ser considerado el primer dios de la medicina. Ninib era hijo de Enlil y era considerado el dios de la salud. Uno de sus dioses, Ningishzida, estaba también relacionado con la salud y se le representaba con una serpiente de dos cabezas, y fue precisamente a partir de su imagen de donde derivó el caduceo.

Estatuilla de bronce asiria que representa a Pazuzu, un ser maligno, dios del viento del suroeste, que traía las tormentas y portaba la peste y las plagas, así como el delirio y la fiebre. A pesar de todo, su imagen era utilizada frecuentemente en amuletos, ya que existía la creencia de que era capaz de rechazar a Lamashtu, un demonio femenino que se alimentaba de parturientas y recién nacidos.

El caduceo

El caduceo, también llamado bastón de Asclepio, simboliza la profesión médica y está formado por un tronco o maza (alegoría de poder), con nudos (dificultades de la ciencia), en el cual se enrosca una serpiente con la cabeza erguida y separada del tronco. La serpiente es un reptil que todos los años muda su piel, por lo que se le atribuye rejuvenecimiento, sabiduría, fertilidad, salud y prosperidad. Habitualmente todo el conjunto está rodeado por dos palmas diferentes, la de la izquierda es de laurel (propiedades narcóticas) y la de la derecha de roble (árbol sagrado en la antigua Grecia).

En 1948, en la I Asamblea Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) escogió la vara con la serpiente enroscada y las dos palmas como emblema de la organización. Este emblema había sido adoptado en 1898 por el ejército inglés y un año después la armada belga lo incluyó en sus uniformes.

Además de divinidades protectoras, había espíritus capaces de producir enfermedades, se estima que había unos seis mil espíritus malignos, algunos de los cuales estaban especializados en ocasionar determinadas dolencias. Algunos de los más citados en las tablillas sumerias son Urugal, relacionado con las fiebres y las epidemias; Tin, el espíritu causante de las cefaleas; Labartu, al que se hacía responsable de las muertes de niños y embarazadas, o Namtaru, que era la que provocaba el dolor de garganta.

En cuanto a la astrología se refiere, los mesopotámicos pensaban que los astros ejercían una extraordinaria influencia sobre ellos y que estaban directamente relacionados con la aparición de algunas enfermedades, así como en la exacerbación de ciertas afecciones o en el destino del hombre.

También consideraban que los números ejercían una función directa en la aparición y curación de enfermedades, no en balde los mesopotámicos consideraban que había días favorables y días adversos para visitar a los enfermos y para administrar medicamentos. Uno de los días más aciagos para estos menesteres eran aquellos que eran divisibles por siete.

Médico-sacerdote

Hemos visto que la salud estaba íntimamente relacionada con la religión, por este motivo la medicina era un arte sagrado para los mesopotámicos, y el médicosacerdote era uno de los personajes más doctos de la ciudad-estado, sabía leer y escribir, estaba versado en ciencia, religión, literatura, adivinación y astrología.

Los médicos sacerdotes podían pertenecer a cuatro categorías:...